ISBN: 9788420543598
PVP: 9,95 € EDITORIAL: Alhambra
Sinopsis:
Resulta difícil adelgazar cuando te encanta comer y sueñas con abrir un restaurante. Sin embargo, para Benjamín - quince años -, el diagnóstico es muy claro: <>.
Son palabras mayores para decribir lo que, hasta ese momento, parecía el mero signo exterior de cierta alegría de vivir.
El deporte, los probadores, la piscina, el régimen... todo es complicado cuando se está gordo y te aterra que los demás te miren. ¡Y si además te enamoras!...
Sobre el autor
Mikaël Ollivier se inicia en el aprendizaje de piano, solfeo y coral hasta obtener el grado superior. Más tarde estudia en la escuela de cine y trabaja en la producción de programas de televisión durante varios años. A la edad de veinticinco años decide dejarlo todo y dedicarse a escribir. Desde entonces trabaja con regularidad como guionista de programas de ficción y documentales para el cine y la televisión. Pero también escribe para niños y jóvenes, campo en el que, además de destacar como prolífico autor, no deja de cosechar éxitos. Hoy es uno de los autores franceses más apreciados.
Mi opinión:
Es una obra galardonada con 16 premios literarios y traducida a 5 lenguas. En un principio comenzó gustándome pero después de leerlo completo, he cambiado de opinión. En general, aunque destaco puntos positivos, no me ha gustado.
Es de lectura muy ágil, son 116 páginas, como veis muy fino. Es lectura juvenil, apta para los colegios e institutos. La trama es sobre un niño obeso, ya solo por como se aborda el tema resulta bastante interesante y la lectura da para que uno se ponga a reflexionar.
Pero justo es eso lo que no me ha gustado, como se aborda el tema. Lo que desde mi punto de vista tendría que ser una reflexión para poder ayudar a los adolescentes con este tipo de problemas (que hay muchos), al final termina por ser una historia con un enamoramiento entre el niño gordo y la chica guapa, que no me parece nada creíble. Y además no encuentro la superación por ningún lado, sin embargo si encuentro que el niño se acepta a sí mismo, que hay mucha amistad y la importancia de la autoestima. Pero mi reflexión es... ¿Es bueno que una persona con obesidad, no olvidemos que es una enfermedad, al final por no superar las espectativas termine diciendo?, en fin estoy gordo y que, como no puedo hacer nada... Me acepto y punto.
No se si me explico bien. Está bien aceptarse tal y como uno es, pero si tuviesemos una enfermedad cualquiera no nos resignaríamos a vivir con ella toda la vida. ¿Por qué ver la obesidad como algo normal? y no vayamos a confundir estar gordo, michelines etc con obesidad, que es llegar a unos extremos exagerados y que afectan a la vida diaria.
En fin, no pretendo entrar en polémicas sobre un tema que además podría estar hablando durante horas.
Lean el libro y reflexionen.
Sí, a veces (siempre que no entre en juego la salud) lo mejor sería que todos fuéramos capaces de aceptar y aceptarnos a cada uno como es...
ResponderEliminarEspero que me visites
clarayork.blogspot.com
Pues Sandra, con tantos premios que tiene y yo no conocía el libro, jajajaja. Seguro que ahora está de moda en todos los institutos, ¿no? Aunque tienes parte de razón en lo que dices, está bien aceptarse a uno mismo, pero la moraleja podría ser luchar por cambiar lo que a uno no le gusta, sobre todo cuando es algo tan "fácil" como bajar de peso, que a ver, a todos nos cuesta horrores, pero no es como luchar contra un cáncer o una esclerosis múltiple...
ResponderEliminarHombre, lo de que es una enfermedad, habría que discutirlo; la gente no se muere por estar gorda, se puede morir por problemas que tienen su origen en estar gordo.
ResponderEliminarSiguiendo ese patrón del pensamiento. La estupidez es una enfermdad, pues hay gente que se muere por jugar con las drogas o ir con la moto sin casco.
Me parece muy mal que a los gordos se les trate como a apestados. Elogio el que matices tus palabras al final. Eso te honra.
No se cómo atacaría yo un libro así; seguro que me indigno y lo desecho, porque odio que me adoctrinen. No entiendo por qué hay autores que se meten en esos berenjenales si luego no tienen la clave para salir de ahí con estilo y sin decepcionar.
Me ha recordado a la Pupila del Águila, en mi opinión, tipica literatura de instituto elogiada en exceso (pero malísima en segundas lecturas).